jueves, 25 de septiembre de 2014

Balance y huellas en retrospectiva

Al hablar de un lenguaje TRAL, lo primero que se me viene a la mente es “redes y ambiente personal de aprendizaje”. Asumo que esta es la mayor impronta semántica y conceptual de TRAL. La importancia que esa huella tiene consiste, desde mi punto de vista, en su potencial transformador de mis prácticas de conocimiento. Ejemplos muy sencillos ilustran la manera en que la perspectiva TRAL ha influenciado mi pensar en redes y ambientes de aprendizaje.

Actualmente nos encontramos desarrollando colectivamente el Plan de Desarrollo del Área de Gestión Ambiental, que es la unidad académica de UniValle a la cual me encuentro vinculada. El el diseño de la metodología para la construcción de dicho Plan, era libertad de cada quien pensar en los elementos clave a tener en cuenta. En mi caso, yo debía organizar la dinámica colectiva para construir el Plan de Desarrollo correspondiente al componente de investigación y fue mi decisión basar la dinámica e información resultante en las redes de investigación pasadas, presentes y futuras de cada docente. Con este mapa multi-red, busqué potenciales articuladores entre contactos, dinámicas de relación y temas de investigación. Este es un claro ejemplo de cómo TRAL, su lenguaje y conceptualización, ha marcado y transformado mi forma de ver la construcción del conocimiento.


Reflexionando sobre esta experiencia concreta, puedo decir que el diseño de TRAL me ha permitido interiorizar una forma novedosa de reflexionar y construir conocimiento. A esta interiorización de los conceptos de TRAL le había llamado anteriormente enganche, y creo que este tipo de “enganches” puedo verlos en otros TRALEROS que afirman seguir interesados en preguntas que los talleres formularon, así como en otros compañeros/as de UniValle que también han cursado el camino TRAL. 

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