Al hablar
de un lenguaje TRAL, lo primero que se me viene a la mente es “redes y ambiente
personal de aprendizaje”. Asumo que esta es la mayor impronta semántica y conceptual
de TRAL. La importancia que esa huella tiene consiste, desde mi punto de vista,
en su potencial transformador de mis prácticas de conocimiento. Ejemplos
muy sencillos ilustran la manera en que la perspectiva TRAL ha influenciado mi
pensar en redes y ambientes de aprendizaje.
Actualmente
nos encontramos desarrollando colectivamente el Plan de Desarrollo del Área de
Gestión Ambiental, que es la unidad académica de UniValle a la cual me
encuentro vinculada. El el diseño de la metodología para la construcción de
dicho Plan, era libertad de cada quien pensar en los elementos clave a tener en
cuenta. En mi caso, yo debía organizar la dinámica colectiva para construir el
Plan de Desarrollo correspondiente al componente de investigación y fue mi decisión
basar la dinámica e información resultante en las redes de investigación pasadas,
presentes y futuras de cada docente. Con este mapa multi-red, busqué
potenciales articuladores entre contactos, dinámicas de relación y temas de
investigación. Este es un claro ejemplo de cómo TRAL, su lenguaje y conceptualización,
ha marcado y transformado mi forma de ver la construcción del conocimiento.
Reflexionando
sobre esta experiencia concreta, puedo decir que el diseño de TRAL me ha
permitido interiorizar una forma novedosa de reflexionar y construir
conocimiento. A esta interiorización de los conceptos de TRAL le había llamado
anteriormente enganche, y creo que este tipo de “enganches” puedo verlos en
otros TRALEROS que afirman seguir interesados en preguntas que los talleres
formularon, así como en otros compañeros/as de UniValle que también han cursado
el camino TRAL.
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